Tratamientos para COVID-19: brevísimo parte de la escasa evidencia disponible a 3/Abril/2020

Estamos pendientes de varios ensayos clínicos chinos de cloroquina e hidroxicloroquina; ya hay unos primeros resultados con hidroxicloroquina en pacientes con neumonía -no publicados aún- que presentan cierto beneficio, pero hay más estudios de resultado aún desconocido, que están tardando en difundirse. Otro estudio (descriptivo) francés tiene una calidad muy baja; carece de control y son pacientes no graves; un estudio previo en que se combinaba con azitromicina en 6 pacientes ha dado qué hablar, pero con poquísima base. Lopinavir /ritonavir ha tenido un estudio fallido (NEJM) pero con poca potencia y no se descarta del todo. Como es obvio, probarlos tiene sentido en pacientes ingresados, exclusivamente. Usarlos fuera de este contexto sería una temeridad (balance beneficio/riesgo negativo).

En el control del agravamiento, se estudia la posibilidad de tratar la «tormenta de citokinas» (Lancet) que se produce en la afección pulmonar grave. Parece que los corticoides presentan eficacia en el distrés respiratorio (hay un estudio de cohortes publicado en JAMA Intern Med), y tocilizumab tiene un estudio descriptivo aún no publicado en 20 pacientes con neumonía y signos de reacción de citokinas que muestra resultados potencialmente buenos pero sin grupo control; esto, de momento, podría sustentar su uso, mientras no tengamos evidencia mejor.

Del resto, tenemos muy poco. En general, hay escasa información y poco concluyente, pero algo se avanza. Ojalá cambie pronto. Obtener resultados e investigar puede salvar muchas vidas.

Aquí se exponen unos criterios generales para incorporar la evidencia en el tratamiento del COVID-19.

Un comentario

Deja un comentario. ¡Muchas gracias!